«Deja una piedra encima de ese montón de piedras de allá», dijo el maestro. El discípulo tomó una piedra de por ahí, y la sumó al montón de piedras, que por poco lo superaba en altura. Siguieron caminando. «Maestro, ¿estamos yendo bien? Hace tres días que salimos y lo único que vemos son montones de piedras», inquirió el discípulo. El maestro no lo miró, y dijo: «precisamente, esos montones de piedra muestran que aquí han pasado otros viajeros».
Siguieron caminando muchos días y muchas noches, el discípulo pensando en cuándo llegarían a aquel lugar de conocimiento que el maestro había mencionado, y el maestro pensando en cuánto demoraría el discípulo en descubrir que aquel ‘lugar de conocimiento’ era el camino mismo.

Muy bueno y muy humano, ojala pudieramos entender todos nuestros propios problemas
Muchas gracias por tu comentario, Tirson!
Excelente Enseñanza. Gracias Maestro
Gracias por tus palabras!