El Tzolkin es un ciclo grande, compuesto de ciclos más pequeños. Uno de ellos, de gran importancia dado el sentido evolutivo del Tzolkin, es la «Onda Encantada», o «Los Trece Días De…».
El segundo de ellos, y que en estos momentos estamos transitando (del 2/1/16 al 14/1/16) es el del Mago.
Los Trece Días del Mago
Tomando la energía del Mago como base, estos trece días nos invitan a convertirnos en creadores de nuestra realidad. El movimiento energético que debemos realizar en nuestro interior es: preguntarnos cómo creemos que es el mundo, estar conectados con el momento presente, el aquí y el ahora, permitirnos ser receptivos, tanto para percibir las cosas tal cual son, sin interpretaciones, como para recibir lo que nuestro Ser Superior o la Totalidad tiene para nosotros en este momento. Cuanto más conectados con el momento presente podamos estar, más concientes seremos de cómo creamos nuestra realidad a través de nuestra conciencia.
Los Trece Días del Mago nos transmiten una energía que es muy extraña para nuestra cultura: la energía del presente. Estamos muy acostumbrados a vivir cada momento pensando en el pasado y en el futuro: según parece, las circunstancias que vivimos son consecuencia de lo que ha sucedido antes, y lo que hacemos hoy repercutirá en lo que vendrá mañana. Llevando nuestra atención hacia otro lugar, nos perdemos la experiencia del momento presente: el aquí-y-ahora se nos escapa, se nos pierde de vista, salvo en esos momentos de intensidad sensorial en los que «el tiempo se congela», o los de intensa diversión en que «el tiempo parece volar». ¿Podemos llevar nuestra atención al momento presente? Sí: la meditación nos conduce muchas veces allí, así como la conexión con la naturaleza, la música, y cualquier vía de encuentro con lo sagrado: oración, arte, reflexión trascendental…
Y así se abre un infinito de posibilidades, y nos convertimos en creadores de nuestras circunstancias.
Claves para estos Trece Días
- Atraer a nuestra conciencia la idea de que somos creadores de nuestras circunstancias.
- Permitirnos desafiar las ideas previas, buscando una perspectiva diferente, y activando el cuestionamiento de nuestras creencias y las creencias transmitidas por nuestro marco cultural y personal.
- Dar forma a una nueva responsabilidad: la de convertir el momento presente en una oportunidad de creación de experiencias positivas, tomando la iniciativa para construir un nuevo orden en nuestra vida cotidiana.
- Organizar la energía, calibrando su manifestación, para que sirva al propósito de aumentar la intensidad de la experiencia/conciencia del aquí-y-ahora.
- Canalizar la sabiduría superior que llega en el momento de encuentro entre el instante y el infinito, convirtiéndola en algo tangible, transmitiendo nuestra perspectiva para lograr integrar las ideas con las circunstancias concretas.
- Concretar un mensaje: ¿qué estoy descubriendo cuando estoy en el presente, cuando medito, cuando me centro en el aquí-y-ahora? ¿Qué «verdad» surge de mi interior, y puede servir a otros para ampliar sus horizontes?.
- Perfeccionar el vínculo con el misterio, aceptando que no siempre se puede «comprender» el mecanismo por el cual suceden las cosas, y liberando la necesidad de elegir y acertar.
- Compartir la energía de la liberación de las máscaras, mostrando a todos en tu círculo, en tu «tribu», que trayendo la conciencia al presente y siendo uno mismo sin condicionamientos, se puede lograr dar un salto evolutivo y comenzar a vivir una infinidad de oportunidades.
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Jaime San Martín Barzi
Me gusto muchísimo,exacto.Vivir intensamente el momento.El pasado puede ser experiencia pero ya lo vivimos el presente como bien decis es el aquí y ahora y para que preocuparnos por el futuro di tenemos mucho para crear y ver ahora.Gracias Jaime
Gracias Susana por tus palabras, tus reflexiones siempre son enriquecedoras. Gran abrazo!
Bellas palabras!!! gracias!!!!!!!!!!!!!!!
Muchas gracias a vos Karina por tu comentario.